La Gloria de la Resurrección de Cristo- Por Rev. Dr. Dean Gonzales


La Gloria de la Resurrección de Cristo
Pastor Deán Gonzales

Abril / 2012

Una expresión como, “¡La Maravilla y  Gloria de la Resurrección de Cristo!” no hace justicia

ninguna al tratar  de definir el gran evento divino de la Resurrección de Cristo.
La resurrección de Cristo es algo prodigioso, portentoso, sobrenatural, asombroso, milagroso, estupendo, extraordinario, pero esto es lo que nosotros como humanos exclamamos, y es como tratamos de describir este glorioso evento divino. Pero, esto para Dios era ya un hecho establecido. “Sin embargo, Dios lo resucito, librándolo de las angustias de la muerte, porque era imposible que la muerte lo mantuviera bajo su domino.”(Hechos 2:24)
La gloria de la resurrección de Cristo consiste en esto, no que la resurrección de Cristo fuera un milagro, pero más bien una confirmación de todo lo que Cristo reclamo ser, “Hijo de Dios”. Que Jesús resucitará de entre los muertos, esto era ya un hecho establecido. “… era imposible que la muerte lo mantuviera bajo su dominio.”
La Gloria de la Resurrección Fue la prueba de su Deidad- El era el Autor de la vida: “En el estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.”(Juan 1:4) Como Autor de la vida, él no podía morir. “…y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios ha resucitado de los muertos…“Vida no puede morir. Jesús le dice a Marta: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mi, aunque este muerto vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mi no morirá eternamente? Crees esto? (Juan 11:25).
Esto reiteraba lo que Cristo mismo había enseñado cuando uso el ejemplo del Profeta  Jonás para responder a los escribas y fariseos sobre su identidad. “Porque como estuvo Jonás en el vientre de gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo de hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.” (Mateo 12; 40)

Fue el cumplimiento de su Asención “Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar”. “Nadie me la quita, sino que yo de mi mismo la pongo. Tengo el poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar…” (Juan 10:17,18.
“Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida.”Juan 5:21, en el versículo 26 él dice: “Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en si mismo…”

Solo Cristo pudo hacer este reclamo y respaldarlo por su resurrección de entre los muertos.
Una hombre musulmán testifico, que lo que lo había convencido a aceptar a Cristo, fue leer, que el había muerto y resucitado. Dijo: “Yo he visitado la tumba de Mahoma, pero ahí está su cuerpo (esqueleto) entrado, he visitado la tumba de Cristo y el no estaba ahí.”

Y no está ahí, porque esta allá, y a la vez está aquí, aunque este haya. Esto no es solo un juego de palabras, esto nos dice que no está en la tumba, porque estaba en el cielo, y aunque estaba en en el cielo, estaba también  aquí entre nosotros y en nosotros por medio de Su Espíritu.
“…y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amare, y me manifestaré a él. El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amara, y vendremos a él y haremos morada con el.” (Juan 14:21,23)
Cristo frecuentemente exhortaba a sus discípulos a no temer, y aun después de su resurrección vuelve a decir a toda su iglesia: “No temáis; yo soy el primero y el ultimo; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí vivo por los siglos de los siglos, amen.” (Apocalipsis 1:17,18).
No estamos solos en este mundo, en nuestra jornada aquí en la tierra camina con nosotros el que vive. En medio de todos nuestros afanes y trabajos, y difíciles momentos de la vida, en tiempos de escases, o de prosperidad, como en tiempos felices y alegres, en los tiempos de las dudas y el temor acordémonos de su promesa: “He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo;  “El nos dice, no se olviden, Yo vivo. Soy el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.”
¡Yo se que Cristo vive!, yo hable con el este día, y él me ha dado prueba de su vida en todos los días de mi vida.
“El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el Poder, las

Riquezas, la Sabiduría, la Fortaleza, la Honra, la Gloria y la

alabanza.

Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la

Alabanza, la Honra,

la Gloria y el Poder, por los Siglos de los Siglos”.

Cristo vive!





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